Las prácticas de atención médica en hospitales generalmente exponen a pacientes y personal médico a condiciones ambientales específicas dependiendo del tipo de procedimiento médico.
Sin embargo, no podemos olvidar que, como cualquier edificación, su sistema de climatización debe ofrecer una buena calidad de aire interior y confort térmico que permita a sus ocupantes tener bienestar y alta productividad.
Ernesto Porras
En los hospitales, un entorno confortable desempeña un papel importante para facilitar la recuperación de los pacientes. Un paciente enfermo en un entorno no confortable podrá estar sujeto a estrés térmico que puede obstaculizar la capacidad del cuerpo para regular adecuadamente el calor corporal, interferir con el descanso y ser psicológicamente perjudicial para su recuperación. Al mismo tiempo, miembros del equipo médico estresados por un entorno no confortable pueden llegar a no ejercer sus actividades a los niveles máximos de productividad.
Los pacientes vestidos con una simple bata en una sala de diagnóstico, por ejemplo, o el personal de cirugía vestidos con trajes de quirófano durante un procedimiento complejo y estresante que dura horas, requieren unas condiciones especiales de temperatura ambiente, humedad relativa y presión diferencial entre áreas. Del mismo modo, los patrones de flujo de aire de los cuartos y las tasas de cambio de aire por hora también influyen en el confort térmico de los ocupantes.
Por estas razones, el principal Green-Tip de esta publicación es usar los códigos, normas y guías de diseño de sistemas de climatización destinados a hospitales, los cuales establecen para cada área del hospital, los requisitos específicos de temperatura, humedad relativa, filtración y tasas de cambio de aire por hora que permitirán tener un adecuado confort térmico y calidad de aire interior en pacientes y personal médico.